El juego de la vida

Publicado: 29/11/2016 en Transeúnte
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Hoy Brasil no lloró por una goleada en contra, hoy no hubo entrenamiento, no hubo risas, ni bromas, no hubo fiesta. Hoy hubo un estruendo, gritos, lágrimas , lamentos y al final; silencio. El avión donde viajaba el Associação Chapecoense de Futebol había colapsado.

Chapecoense, es un club que se ha grabado en nuestras memorias más rápido de lo que aprendimos a deletrearlo; se ha aferrado tan hondo al imaginario de todos que: al empezar el día eran una oncena más, sin embargo ahora vive en la mente y el recuerdo de los millones de aficionados al futbol.

El vuelo operado por la aerolínea LaMia, se accidentó cerca de las 22:00 horas del lunes, en las montañas de Colombia. Ahí viajaba el equipo desde Bolivia para jugar la final de la Copa Sudamericana, la primera en su historia, contra el Atlético Nacional de Medellín, sin embargo los verdão se quedaron a cuatro, quizá cinco minutos de jugar el partido de sus vidas.

Chape, como también dicen sus seguidores, es un club brasileño que, vino desde abajo; en 2009 pertenecía a la cuarta división del futbol brasileño. Tan sólo bastó unir los sueños de toda su plantilla para que en 2014 alcanzaran la primera división de la liga Carioca. Dos años después todos sus esfuerzos los llevaron al plano internacional.

Leicester, Islandia y Cachepoense, LAS historias deportivas del año, equipos surgidos de la nada: cenicientas, caballos negros; almas y corazones que entregaban todo de sí en cada balón, para brindarle una satisfacción a cada compañero y aficionado. Secuestradores de ilusiones, hacedores de sueños, rompecorazones, historias de ensueño que no siempre concluyen bien.

El futbol, sus aficionados y el mundo llora, porque no era él equipo de futbol, había periodistas, invitados, trabajadores, padres, hijos, tíos, familiares, amigos; 75 personas que no van a regresar a su hogar. Hoy no es necesario ser gente que disfruta de un juego para entender e incluso sentir el dolor que embarga la Arena Condá y todo Chapecó: quienes exclamaron con el corazón en pecho, uno por uno los nombres de los 22 jugadores que viajaban en el avión.

«Daria tudo para que aquela bola du San Lorenzo entrasse no último minuto #forcaChape» publica en Twitter el usuario @manoellaPer y es que sin ese pie milagroso, ni reflejos felinos, del arquero Danilo la historia hubiera sido otra. Quizá seguirían en la media tabla del campeonato, sufriendo una eliminación, una derrota de esas que abundan en el futbol, pero todos juntos. Quizá seguiría llevando a su hijo a los entrenamientos.

Mañana no habrá gritos de gol, ni insultos contra el árbitro, ni bengalas, ni porra rival, mañana no habrá final de Copa Sudamericana, ni vuelta olímpica, ni pitazo inicial. Mañana el balón no rodará. Mañana el Chape no competirá por una estrella, pues hoy ganó setenta y cinco.

Por Cocabron.

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